Entrevista a Lydia Yáñez – Comunicación Cultural (II)

Lydia Yáñez entrevista de José Manuel Cruz

Seguimos con la entrevista a Lydia Yáñez, preguntándole por sus trabajos relacionados con la comunicación cultural…..

P: Hasta ahora, hemos hablado de una trayectoria de publicidad con un carácter un poco genérico. Pero, a partir de un cierto momento,…
te inclinas por lo que podemos denominar comunicación cultural. ¿Qué hizo que te decantaras por este tema?

R: La realidad es que siempre he estado vinculada al mundo de la cultura, me viene de familia. Mi padre era profesor de Historia, Filosofía y Arte, crecí rodeada de libros y mi madre empresaria. Me viene a la memoria una divertida anécdota, siendo aún muy pequeña, estando en casa me subí a una silla y escalé por la estantería para curiosear en los libros, apareció de pronto mi padre y me pilló in fraganti, me dijo: “Oye, ¿tú no eres aún un poco pequeña para leer estas cosas?”.

Tendría unos seis años, pero la curiosidad de investigar en los libros ya me llamaba. (Estaba hecha un elemento bueno, jajajj). Recuerdo haber ojeado el Reader’s Digest o los Espasa o aquellas grandes enciclopedias de Arte, Historia, Filosofía… y muchos libros más, algunos antiquísimos, auténticas joyas heredaras de mi abuelo que también fue profesor y que estaban a nuestro alcance. Mis padres abrieron dos colegios muy conocidos a finales de de los años 60 en Málaga, uno de ellos aún continúa abierto. Puedo afirmar que desde casi el primer día que nací fui a la escuela (entre risas).

P: Y, profesionalmente, ¿fueron las circunstancias las que te llevaron a especializarte en esa materia o fue una decisión personal?

R: Fue mi pasión por la cultura. Pero también es verdad que, con el tiempo, me surgieron oportunidades de trabajar en ese campo. El primer encargo fue para la Facultad de Filosofía y Letras, después la Facultad de Ciencias Económicas seguida de la de Medicina de La Universidad de Málaga trabajos de diseños de identidad y manual corporativo, junto con cartelería, diseño en prensa especializada y libros para seminarios, conferencias y congresos. Catálogos para sus exposiciones.

Después como responsable de comunicación de la soprano Cecilia Gallego, quien, ahora, además de cantante de ópera es también profesora del Conservatorio de Música de Sevilla. Hizo la carrera de piano y de canto en el Conservatorio de Málaga y recibió clases magistrales de Montserrat Caballé y de Plácido Domingo en Madrid. Estuvo insistiéndome bastante y me decía que le gustaría que fuera su publicista, en aquel momento ella trabajaba con otro profesional de Granada pero que su mentalidad era más como la mía. Formó parte como soprano de la Ópera de Viena, en Austria, durante más de quince años. Es de nuestro castizo Barrio de la Victoria, cultísima y poseedora de un cerebro aventajado. Su marido es también tenor.

A raíz de mi colaboración con Cecilia Gallego me surgieron trabajos y gracias a ella accedí a muchos propietarios de teatros de España y a conocer a grandes artistas admiradores del talento de Cecilia. Pero entonces, en aquella época empezaba a azotar ya muy fuerte la crisis actual y muchos de aquellos empresarios culturales empezaron a tener miedo y no invertir, tan sólo a guardar. Surgieron interesantes proyectos y sinergias pero no pudieron ser llevados a cabo.

P: En materia de comunicación cultural, ¿qué colaboraciones has tenido que te hayan dejado satisfecha o hayan tenido una repercusión importante?

R: He procurado casi siempre acercar empresa y cultura. Por ejemplo en un restaurante de alta gastronomía del Centro Histórico de Málaga, me encargaron restaurar su marca y descubrí rápidamente en ese espacio su potencial para la cultura y los asesoré y motivé para ello.

Vi cómo asociarlos con “Málaga. Capital Europea de la Cultura” desde el Ayuntamiento nos dijeron que fuimos la primera empresa que se había interesado en colaborar con la candidatura y, gracias a eso, empezaron a surgir en el restaurante encuentros. Está ubicado en un precioso antiguo molino del siglo XVIII. Ya se ha convertido en un referente para exposiciones y citas culturales e incluso han reformado la parte del ático como espacio cultural.

Carmen Martín, una pintora gallega que había visto las fotografías en la web que yo les diseñé, se quedó fascinada con el espacio y dijo que tenía muchas ganas de venirse de Galicia un tiempo para hacer estudios sobre la luz de Málaga con sus pinturas y exponer allí su obra (http://carmova.blogspot.com.es/2010/12/alea.html). Es increíble la capacidad de cambio que tiene la cultura, el espacio en el que interviene evoluciona.

Otro de mis clientes favoritos ha sido también la mejor empresa malagueña de materiales de construcción, en ellos la creatividad y la innovación forman parte de su ADN empresarial. Ubicados frente al Parque Tecnológico, han sido y son uno de los grandes referentes de todo el Sur de España. Crearon el primer showroom de materiales de construcción cuando esa nomenclatura era aún una gran desconocida en España. Son profesionales que han impulsado mucho la cultura del diseño en forma de materiales de construcción. Han organizado interesantes exposiciones junto con el Colegio de Arquitectos de Cataluña como la de “Humor de Arquitectos” y encuentros junto con asociados del Colegio de Arquitectos de Málaga. También durante años estuve trabajando como responsable de comunicación y marketing de una hacienda de lujo, ahí también diseñé y coordiné eventos relacionados con la cultura.

P: Y, ahora, en lo que estás es en poner en marcha una escuela de cine en Málaga, ¿no? La Premiére Films.

R: Efectivamente. De hecho, el 1 de abril se abre oficialmente.

La Prémiere Films

La Prémiere Films

P: ¿Cómo surgió la idea de crear una escuela?

R: Trabajando en publicidad, a nivel de dirección creativa, siempre me llamaba mucho la atención el campo audiovisual. Pero tenía tanto trabajo que me resultaba imposible profundizar en estudiar dicho ámbito. La publicidad exige de mucho tiempo y energía. Cuando analizaba la publicidad que se estaba haciendo en Estados Unidos y en otros países observé las incursiones habituales de directores creativos en el cine y de cineastas en el campo de la publicidad, me provocó mucho interés.

Un salto muy natural en cierto modo, pero en España no se estaba viviendo eso. Yo, en cambio, me sentía reflejada con esa mentalidad, de esa suma de las artes y de la complicidad de lenguajes artísticos comunes. Cine y publicidad, a fin de cuentas, están hermanados.

Nosotros, como directores creativos, tenemos que contar historias en veinte segundos, lo que un spot suele durar en TV y transmitir un mensaje potente, eficaz que conecte y sea recordado además de llevar a cabo toda su producción en equipo. Una película es contar una historia en dos horas, y en cierto modo, sí sigue las pautas de estética, de lenguaje, de guión, de transmitir una información, una identidad, coordinar su realización y que también es propio del sector publicitario. De hecho, ambos sectores forman parte de la industria cultural.

P: ¿Qué va a diferenciar esta escuela de las demás, qué personalidad quieres que tenga?

R: Siempre digo que la escuela de cine LaPremiére Films va a ser una comunidad de creativos para creativos. Un concepto con más de dos años de maduración y con la base de un Máster en Creación y Consolidación de Empresas de Industrias Culturales a través del Ministerio de Cultura en el año 2015, realmente provechoso, en el que pude renovar y ampliar mis conocimientos en manos de auténticos expertos. Esto me aportó una magnífica base para llevar a cabo la apertura. Una escuela de cine con concepto nómada, con instalaciones y plató en Marbella, pero con aspiración a democratizar conocimientos cinematográficos y aproximarlos a lugares donde hay creatividad, en España y fuera de nuestras fronteras.

P: Entonces, los alumnos que acudan a la escuela, ¿qué se van a encontrar?

R: Se van a encontrar con una escuela fuera de lo habitual,   la oportunidad de formarse con excelentes profesionales de gran valor, con conocimientos muy actualizados y de una gran experiencia, ellos van a ser parte activa en el proceso de aprendizaje formándose en el séptimo arte. Con mentalidad proactiva y multidisciplinar porque es muy importante adentrarte en varias disciplinas diferentes para fortalecerse en la que más apetecible.

El alumnado va a trabajar con distintos lenguajes y técnicas de arte y estética, con producción, realización, montaje, etc. Todo ello de forma innovadora, muy práctica y con visión internacional, el arte es un bien universal. Con cursos que se van a impartir en castellano, en inglés y en francés. Ya se han interesado profesionales de Marruecos y Londres en nuestra escuela.

Es posible también una futura cooperación con una entidad de Holanda.

Nuestra filosofía es ser una pequeña e innovadora escuela de cine, con un concepto nómada, de alta cultura y profesionalización. Admitir alumnado masivamente haría perder su esencia. Es una escuela de cine impulsora de la creatividad y muy especializada, y, dentro de esa especialización, muy abierta a las sinergias con las demás artes para potenciar el mejor cine.

El cineasta y guionista forman un gran tándem, una cadena de valor imprescindibles junto a otros oficios artísticos y cinematográficos. Pienso en las dilatadas relaciones profesionales de artistas como Blake Edwards con Henry Mancini, o del diseñador gráfico del Bronx Saul Bass y Alfred Hitchcock, o de Francis Ford Coppola con Nino Rota…

THE PARTY ~Party Poop~ by HENRY MANCINI

Nino Rota - Waltz (BSO "El Padrino")

P: ¿Cuándo empiezan, entonces, las primeras clases de la escuela?

R: Pues el día 2 y 3 de abril con un curso avanzado de Guión de cine que tendrá lugar en Nerja, y otro sobre William Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra que se iniciará a partir de junio en Marbella sobre cine documental.

P: ¿Cómo es posible ponerse en contacto con la escuela?

R: En la página web, LaPremiére Films, aparecerá toda la información para ponerse en contacto con nosotros.

P: La Premiére Films también tiene la vocación de ser una productora…

R: Me atrae muchísimo el cine documental. A lo largo de mis veinte años de publicista he visto que hay mucho valor cultural dentro de nuestra región que se está perdiendo. Pienso que el audiovisual es la nueva enciclopedia y que hacen falta realizar muy buenos documentales testimoniando todo aquello que estamos perdiendo. Recuperar ese valor que va a caer en olvido y por consiguiente, en su pérdida. Lugares y personas que realmente hicieron cosas muy importantes pero que han pasado desapercibidas en nuestra sociedad.

Ronda es buen ejemplo de ello, su gran relevancia en los siglos XI y XII y un auténtico tesoro prácticamente sumergido, que con el tiempo se va a perder como no lo pongamos en valor con herramientas actuales y vanguardistas. También vamos a fusionarnos con la tecnología, como escuela y productora, para trabajar en contenidos museísticos, exposiciones y en el sector publicitario y medio ambiente.

P: Para terminar, una curiosidad. ¿Cuáles son tus tres películas favoritas?

R: Con 17 años descubrí Desayuno con diamantes. A través de Holly vi por primera vez en el cine un papel de una mujer que vivía sola, muy divertida y que montaba fiestas en su casa, esa mujer bohemia de espíritu libre e independiente me impactó gratamente.

Desayuno con diamantes, primera escena holly y paul (1961)

R: Otra película fue El padrino. Coppoliana total, si se puede decir… Y mi último hallazgo ha sido Paolo Sorrentino, dicen que muy Fellini, pero a mí me parece que la narrativa del cineasta napolitano navega en un lenguaje exquisito, lleno de suculentos matices visuales, que nada sea lo que parece me fascina.

En La Gran Belleza me resultó exultante, con una estética sublime que en cierto modo la comparo con la Antigua Grecia, entre mitos y lógica, un guiño sutil entre el canon griego y Vitrubio. En esa cinta Sorrentino profundiza en la personalidad creativa y el desconcierto, en cómo la sociedad vende al triunfador y cómo él le da la vuelta y muestra la otra cara del supuesto éxito social, que en muchas ocasiones, se traduce en fracaso por el precio que hay que pagar por estar en la cumbre.

La gran belleza