El pasado 3 de febrero, se produjo en Málaga, en el magnífico ambiente de la Sala Microteatro, la presentación de la última novela de José Manuel Cruz: «El Enclave – El temor del mensajero», publicada por la Editorial Amarante.
Al principio de su exposición, José Manuel Cruz explicó que había buscado que el evento se desarrollara fuera del típico escenario de una librería. Ello, por dos motivos. El primero, porque pensaba que el encuentro de la literatura con los lectores tenía que empezar a producirse fuera de los cauces rutinarios y ya manidos para encontrar nuevas formas y maneras. El segundo, porque el tema profundo de sus novelas era la existencia de un mundo en cambio y de cómo sus personajes se enfrentaban a él. Y, por coherencia, había que reflejar como metáfora en la propia presentación de la novela el cambio de circunstancias que se estaba produciendo.
José Manuel Cruz explicó el lugar que ocupa «El Enclave – El temor del mensajero» dentro de la serie de la que forma parte junto a «Sin tregua se consumían nuestros ojos» y «El día en que paró la música» y reveló cuáles eran los aspectos de los que se sentía más satisfecho con su última novela.
El primero, que los hechos posteriores a su terminación le habían mostrado que el análisis de fondo de la obra era correcto en dos sentidos: en relación a la relevancia de los paraísos fiscales en el mundo económico actual y la seria posibilidad de que se produjeran continuas filtraciones de información desde los mismos y el destino de los procesos electorales, abocados a enfrentamientos entre representantes del establishment y líderes populistas. El segundo, que creía que había encontrado un magnífico cliffhunger para enganchar al lector y animarle para seguir con la continuación de la historia, que ya tenía título: «El Enclave – Casandra encadenada».
Al final de la presentación, José Manuel Cruz anunció la publicación de «La economía estresada» que era un ensayo que explicaba la marcha de la economía mundial desde la II Guerra Mundial hasta el día de hoy (de hecho, llega hasta el Brexit y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos) y donde se explicaban los motivos de la crisis económica iniciada en 2008 y las posibles salidas a la complicada situación actual. Ante el futuro económico, José Manuel Cruz se aferró a una frase de Gramsci como señal de esperanza: «Frente al pesimismo de la razón, prefiero el optimismo de la voluntad».
Ante preguntas de los asistentes, José Manuel Cruz confesó que escribía sus novelas sin una trama previa porque, en la medida en que él mismo se ve sorprendido por la evolución de los acontecimientos narrados, ello permitía conseguir la sorpresa de sus lectores. Si el desenlace estuviera claro desde el principio, sería imposible no revelarlo, de una u otra forma, a lo largo del desarrollo de la propia historia. Asimismo, también anunció que tras «El Enclave – Casandra encadenada», el inspector Tomás Silva y su equipo se enfrentarían a otro tipo de casos.
Tras la presentación, José Manuel Cruz firmó varios ejemplares de sus novelas a los asistentes y estuvo departiendo brevemente con ellos.
Queda la incógnita de saber cuál será la evolución posterior de la serie de novelas y en qué tipo de lugares y ambientes se desarrollarán las futuras historias.
